Los recuerdos... son el ejemplo claro de lo ambiguas que pueden ser las cosas, un recuerdo puede ser maravilloso, llenarnos de alegría y de regocijo, esos recuerdos son hermosos y valen la pena, hacen a uno querer recordar.
Pero cuando estos recuerdos a uno no lo dejan dormir ya dejan de ser maravillosos, hacen que nuestra mente vague en esos recuerdos constantes. A veces se materializan en una persona, que de alguna manera u otra nos marcó, nos dejo sus huellas en nuestro cuerpo y alma, huellas tan firmes y profundas que son imposibles de borrar. Pero la pregunta es, uno quiere borrar esas huellas? o sirven como una especie de consuelo por no tener a alguien?
A veces llega el día que pensás que ya no recordarás a cierta persona, que hace mucho tu mente no cae en el pasado, y ese día comenzaste otra vez, vuelves el tiempo atrás y casi sin quererlo volviste a recordar...
Cuando alguien tan importante en tu pasado se va de tu vida de un día para el otro, a uno le queda un vacío enorme y muy difícil de llenar. Existe el dicho "un clavo saca otro clavo" pero esto no es así, hay clavos que no pueden ser reemplazados por otros. Cuando a uno le llega ese vacío enorme y busca de alguna manera llenarlo, busca encontrar a alguien que le haga sentir cosas nuevas? o busca a alguien que haga olvidar algo único e irrepetible que en realidad nunca vas a olvidar?
A veces solo queda vivir con los recuerdos pero no de ellos, llevarlos con alegría pero no vivir obsesionados con recordarlos día a día, si uno recuerda es porque se vivieron cosas buenas, es porque la mente y el corazón no se pueden alejar de aquello que alguna vez los marcó.
"Había olvidado lo que es suspirar
al pensar en alguien mas..
había olvidado lo que es extrañar
a alguien que no sabes si regresara
había olvidado lo que es querer
sin siquiera saber quien es
había olvidado tantas cosas
tantas cosas que había dejado de amar."