Tomar Impulso
viernes, 8 de febrero de 2013
Recogiendo los pedazos y volviendo a empezar
A las niñas les enseñan muchas cosas, si un niño te pega, le gustas, nunca trates de emparejarte el flequillo sola y que un día conocerás a un hombre maravilloso y tendrás tu final feliz. Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan, nos imploran que esperemos el giro del tercer acto: La declaración inesperada de amor, la excepción a la regla. A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no.. Entre los que se van a quedar y se van a ir. Y quizá el final feliz no incluye alguien maravilloso: quizá el final eres tú, recogiendo los pedazos y volviendo a empezar, liberándote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizá el final feliz solo consiste en seguir, o quizá este es el final feliz: Saber que a pesar de todas las llamadas y corazones rotos, a pesar de todos los errores y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y la vergüenza, tú nunca, nunca perdiste las esperanzas.
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